Yo no soy bueno para las ventas ni para hablar con la gente

La vaca más grande con la que debe lidiar el emprendedor que recién empieza su negocio de multinivel es la tendencia a posponer aquellas actividades vitales para triunfar en su negocio: prospectar, auspiciar, compartir la oportunidad, vender y trabajar con la gente que pertenece a su organización para ayudarla a crecer.

Quien ha leído mi libro La vaca sabe que las vacas representan las excusas, pretextos, creencias o justificaciones que nos mantienen atados a una vida de mediocridad y nos impiden lograr nuestras metas.

Uno de los grandes retos que enfrentan los empresarios y distribuidores independientes es superar sus propias limitaciones. En lugar de tratar de superarlas, muchos optan por no afrontarlas, posponiendo todo aquello que presente la menor dificultad.

“ Unos de los mayores retos de los empresarios es superar sus propias limitaciones 

Seamos conscientes o no de ello todos estamos vendiendo constantemente. De hecho, la persona que compartió conmigo esta vaca de “yo no soy bueno para las ventas” lo hizo a través de un mensaje electrónico de más de tres páginas en las que detallaba de manera muy convincente sus falencias: era tímido, nada persuasivo y no poseía lo que él llamaba “el don de gentes”. Describía su personalidad introvertida, su timidez, la dificultad que tenía para hablar con las personas y hacerse entender y, en general, la poca facilidad que creía tener para las ventas.

 Lo curioso es que me presentaba todos estos argumentos para apoyar la decisión que parecía ya haber tomado de no involucrarse con el negocio que le acababan de proponer. Su correo era un acto desesperado de ver si yo coincidía con todas las pruebas que él presentaba en defensa de su decisión.

Lo único que quise responderle fue: “Tienes razón, me has convencido completamente de que tú de ventas no sabes nada. Compro tu idea”. En su siguiente correo me decía que había entendido el mensaje.

Es posible que tú tampoco creas que sabes vender, y que también ya te hayas vendido a ti mismo la idea de que esta profesión no es ni será parte de tu futuro. Sin embargo, quiero pedirte que consideres la afirmación con la que he comenzado esta sección. ¡Todos somos vendedores!

Vender no se limita a la comercialización de productos o mercancías. Incluye la exposición de ideas y oportunidades, y la oferta de nuestros servicios profesionales y habilidades a otras personas. El hecho de concebir las ventas como el proceso de ofrecer, compartir, enseñar y persuadir nos permite apreciar este arte desde una perspectiva mucho más amplia.

 

“Muchas personas que podrían triunfar en los negocios ni si quiera lo intentan porque no creen poseer las destrezas necesarias”

Es fácil entender que el empresario que comparte una oportunidad de negocio con otra persona está vendiendo. Pero el padre que comparte con sus hijos las ideas, valores y principios que cree que serán de mayor beneficio para su éxito personal también está vendiendo. Y el joven profesional que al asistir a una entrevista de trabajo se preocupa porque su manera de vestir y apariencia personal sean adecuadas, que repasa con cuidado la forma en que presentará sus ideas, que se asegura de ofrecer un buen saludo y de dar una buena impresión también está vendiendo.

Así que, como ves, siempre estás vendiendo. La cuestión no es si eres o no vendedor, si tienes o no futuro en el campo de la venta profesional o si eres bueno o malo vendiendo. La pregunta aquí es: ¿vas a tomar el tiempo para aprender lo que necesitas para ser un gran vendedor? ¿No solo un gran vendedor con tus clientes, sino con tus hijos, tu pareja, tus empleados, tus colegas, etc.? ¿O vas a permitir que tu vaca de “no sirvo para las ventas” rija tu vida?

Cuando vuelvas a pensar que no eres bueno para las ventas quiero que consideres dos factores. El primero, que vender es servir. Y el segundo, que el 85% del éxito en las ventas depende de tu actitud, nivel de motivación y capacidad para desarrollar relaciones positivas con los demás. Con estas dos premisas en mente, aclaro que al hablar de aprender a vender no me estoy refiriendo a ejercer dominio sobre ciertas técnicas y cierres de ventas, sino a aprender a servir y a trabajar en tu actitud y en el trato con los demás.

“El éxito en los negocios es el resultao de desarrollar relaciones positivas con las demás personas”

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