¿Cómo ayudas a otros a creer en ellos mismos?

Un buen líder inspira a su gente a confiar en él, un gran líder inspira a su gente a confiar en ellos mismos. Él o ella sabe como sacar a relucir lo mejor de las personas, guiándolos y ayudándolos a reconocer y utilizar su verdadero potencial. Lograr esto no siempre nos resulta fácil, en ocasiones dejamos pasar de largo extraordinarias oportunidades de ayudarles a otros a darse cuenta del enorme potencial que ya se encuentra en su interior.

En cierta ocasión me invitaron a hablar ante un grupo de unos seiscientos estudiantes que se graduaban de la escuela secundaria. En la ceremonia de graduación se encontraban las familias, amigos y profesores de estos jóvenes que pronto partirían a la universidad o a hacer lo que tuviesen planeado hacer con el resto de su vida. 

Mientras el rector del colegio terminaba su discurso antes de mi intervención, yo esperaba en la parte de atrás del teatro. El padre de uno de los graduandos se me acercó muy emocionado, había leído algunos de mis libros y estaba muy entusiasmado de que su hijo tuviera la oportunidad de escucharme. Recuerdo que pasó los siguientes cinco minutos diciéndome lo orgulloso que se sentía de su hijo, lo mucho que admiraba su seriedad y dedicación para con sus estudios y todo lo que representaba para él y su esposa que su hijo fuera el primero en la familia que iba a ir a la universidad. Cuando se disponía a regresar a su asiento le pregunté si alguna vez le había dicho todo eso a su hijo. No me sorprendió cuando él me dijo: “Pues la verdad, no se lo he dicho así de claro, pero estoy seguro de que él lo sabe”. Lo triste es que quien necesitaba escuchar todo lo que aquel padre me había dicho, más que ninguna otra persona, era su hijo.

Cuento esta anécdota, porque ya sea con nuestros cónyuges o hijos, con nuestros empleados o los miembros de nuestro equipo de trabajo, con frecuencia dejamos pasar numerosas oportunidades de elogiarlos, felicitarlos, celebrar sus logros y hacer que se sientan apreciados.

Después de más de tres décadas estudiando las cualidades que identifican a aquellas personas que han llegado a los niveles más altos de sus empresas he podido concluir que los mejores líderes pocas veces desaprovechan la oportunidad de felicitar, congratular, aplaudir, celebrar y en general, de expresar su aprecio a todos los miembros de su organización.

Y es que todos amamos recibir el regalo de un reconocimiento sincero. Así que uno de los hábitos de liderazgo que debes desarrollar es tomar ventaja de las numerosas oportunidades que surgen a diario para darle a los miembros de tu equipo de trabajo un reconocimiento que merece. De esa manera, no solo mejorarás el estado de ánimo de los demás, sino que tu negocio crecerá.

Una de las mejores formas de ganar puntos con las personas es mediante un reconocimiento genuino por un trabajo bien hecho. Pero, ten cuidado, es clave ser auténtico y sincero al momento de hacerlo. Si parece que lo que quieres es ganar algo a tu favor, crearás el efecto contrario y harás que la gente se cuestione tus verdaderas intenciones. También recuerda ser específico con tus elogios, evita las generalidades y las frases de cajón. Déjale saber a tu interlocutor qué es lo que aprecias de él y cómo te sientes.

En mi libro, 10 pasos para triunfar en el Network Marketing, escribo que un elogio sincero no solo hace sentir bien al otro, sino que aumenta su confianza en sus propias habilidades. Esto es algo que veo muy a menudo en mi trabajo con la industria del Network Marketing, por ejemplo, ya que este es un negocio de gente ayudando a gente. Y el éxito depende en gran medida de la habilidad que tengamos para ayudarles a todos los nuevos distribuidores a sobreponerse a los temores que les pueden causar las tareas y actividades propias del negocio. La reacción inicial de muchos nuevos empresarios es enfocarse en sus debilidades y creer que les será imposible llevar a cabo dichas tareas. La misión del líder es lograr que ellos crean en sus habilidades y superen sus miedos, y una manera de hacerlo es reconociendo su esfuerzo.

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